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Inicio de la Era de Acuario: ¿Realidad o Fantasía?

Este 21 de diciembre asistiremos a un evento único, que es la conjunción de los dos grandes planetas, Júpiter y Saturno. Claro, es una conjunción aparente ya que un planeta dista millones de kilómetros del otro en el vasto cosmos. Pero la influencia que estas dos grandes masas ejercen, es motivo del estudio astrológico.

En la entrada anterior del blog hemos analizado los posibles efectos de esta conjunción, dependiendo de la ubicación de los dos planetas en la carta natal de cada individuo.

Ahora querría concentrarme en un tema sobre el que me preguntan mucho, y quizá muchos de ustedes ya han recibido artículos publicados en las redes acerca de este tema: la entrada en la Era de Acuario debido a la conjunción planetaria de Júpiter y Saturno el 21/12/2020. Ahora… ¿no es que ya habíamos entrado en esta era? Desde que soy niño que vengo escuchando fechas… que fue en 1980, en 1985, 1990, en el año 2000 (cuando todo iba a volar por los aires), 2001, 2013 (el fin del mundo), etc. ¿De qué se trata esta Era de Acuario?

La Era de Acuario comenzó a popularizarse en la cultura popular allá por los años ´60, en pleno movimiento hippie, según muchos de mis viejos amigos (y viejos de edad) me contaban, en plena era de paz, amor y contracultura. Mi viejo amigo Gauranga me contaba de la ópera rock “Hair”, que estuvo en cartel en Buenos Aires en primera mitad de los ´70, en donde se habla de la Era de Acuario, en una canción. Él también me contó que fue la primera vez que escuchó el Maha-Mantra Hare Krishna en su vida, cantado en la obra.

Primero tenemos que concentrarnos en el cálculo de la precesión equinoccial. El eje de la tierra está inclinado uno 23,5° aproximadamente. El eje inclinado de la Tierra realiza un movimiento de retrogresión circular del punto vernal (la aparente entrada del Sol en la constelación de Aries, el 21 de marzo) respecto de las constelaciones zodiacales que dura unos 25.800 años en completar 360°. Esto es conocido como “Año Platónico”. De este modo el punto vernal se mueve de manera retrógrada a través del cinturón zodiacal, a razón de 50,23 a 50,27 segundo por año, dependiendo de los cálculos, completando 1° cada 71,5 años. Los sabios de la antigüedad que sentaron las bases del Jyotish basaron sus cálculos en estrellas fijas y no en el equinoccio vernal o “primer punto de Aries”. Este es un cálculo diferente al de la astrología occidental y moderna que viene desde los antiguos griegos, quienes midieron las divisiones del zodíaco desde el equinoccio vernal. Es así como el 0° de la constelación de Aries no coincide con el lugar donde deberíamos encontrar al Sol el 21 de marzo. En Jyotish, astronomía y astrología van de la mano y son inseparables.


Esta es la diferencia principal en el cálculo del Jyotish y la astrología helenística u occidental moderna. De este modo tenemos el cálculo sideral, basado en las estrellas fijas, y el cálculo tropical, basado en las estaciones, vía los equinoccios. El zodíaco tropical comienza en el equinoccio vernal que ocurre cuando el recorrido aparente del Sol, llamado eclíptica, intersecta el ecuador celestial entre el 20 y el 21 de marzo. La gran mayoría de los astrólogos que usan el cálculo tropical marcan este punto a los 0° de la constelación de Aries como el inicio del Año Astrológico. Pero hoy, por efecto de la precesión equinoccial, esta fecha no tiene nada que ver con la entrada aparente del Sol en Aries. Para darnos una idea más precisa, el 21 de marzo de 2021 a las 12:00 hs el Sol estará transitando 7° 05´de Piscis (y como dato adicional, diremos que Venus estará en severa combustión, a los 5° 55´ del mismo signo – a cuidar las relaciones de pareja. Uno puede sentir que no es correspondido de la manera en que uno quiere, etc.)

El equinoccio vernal coincidió con la entrada en la constelación de Aries en el año 285 aproximadamente, cuando ambos zodíacos coincidieron. Pero por acción de la precesión equinoccial el punto vernal ha ido “moviéndose hacia atrás”, hacia el oeste, en contra del sentido de las estrellas, por así decirlo. La precesión equinoccial ocurre en gran parte por la atracción gravitacional de la Luna y el Sol sobre el ecuador. Esto hace que la Tierra sea más achatada en los polos y ensanchada en el ecuador. Como resultado, el ecuador celestial (que es el plano imaginario que se proyecta desde el ecuador terrestre hacia el infinito) es el que mueve, mientras que la eclíptica o el movimiento aparente del Sol no es afectado en absoluto.

Para entender aún mejor el movimiento del eje de la Tierra: es llamado “movimiento de peonza”, o “movimiento de precesión nutación” que es muy similar al de un trompo cuando va perdiendo su fuerza. Tiene como eje de rotación el propio eje terrestre, el cual permanece relativamente inmóvil, mientras que el eje de los polos giras de forma cónica. Cuando ponemos a girar un trompo sobre una superficie plana, veremos que el extremo superior se va desplazando lentamente, dibujando un círculo alrededor de una dirección vertical, en el proceso llamado “precesión”. A medida que la velocidad del giro del trompo disminuye, vemos cómo esta precesión se hace más rápida. Después comienza a cabecear arriba y abajo hasta que finalmente cae, mostrando que la velocidad de precesión se hace más rápida cuando la velocidad de giro se vuelve más lenta.

La precesión equinoccial hace que cada 2200 años aproximadamente el punto vernal entre, por acción de la retrogradación, en un signo zodiacal diferente, anunciando una “era astrológica” que lleva el nombre del signo zodiacal transitado. En nuestros días, estamos circulando por la Era de Piscis ya que el punto vernal continúa en Piscis sideral. Usando este cálculo, el 21 de marzo de 2502 el Sol estará, a las 12:00 de Buenos Aires, a los 29:47° de Acuario, marcando el inicio de la famosa Era que lleva el nombre de la constelación (Cálculo de ayanamsha: Lahiri/Chitrapaskha – Spica en el medio de Chitra nakshatra).


Acuario se caracteriza por el sentido filosófico y el despertar de la conciencia. El elemento vayu o aire de Acuario (no es un signo de agua, ¡sino de aire!) expresa un deseo de comunicar libertad y hermandad, que fue algo que lo popularizó o catapultó en plena era hippie en los años ´60. Acuario se caracteriza por la conciencia social, la lucha contra las injusticias, las innovaciones tecnológicas, etc.


Ahora: ¡todo el mundo está esperando la llegada de la Era de Acuario para comenzar el famoso cambio de conciencia! Lo cierto es que ningún cambio vendrá a golpearte la puerta. Ningún ángel vendrá a tocar la trompeta a tu puerta. Y si lo hace, seguro lo sacarías corriendo, zapatilla en mano, por interrumpir tu siesta o tu serie favorita en Netflix. Lo mismo pasaría si Jesucristo resucitara y viniese a buscarte. Esperarías a ese muchacho alto y rubio que pintan artísticamente y no al Cristo que vive dentro nuestro. El cambio acontece CADA DÍA en nuestro interior si lo deseamos. De esto versa el Bhagavad Gita, la lucha eterna entre las fuerzas negativas y el cambio interno. Pasa que todos esperamos circunstancias externas para que obren el cambio interno por nosotros. Como contaba Sri Ramakrishna “un niño se va a dormir y le dice a su madre: “mamá, despiértame cuando tenga hambre” y la madre le responde “es tu misma hambre la que te despertará”.


Sé que muchos permanecerán escépticos, otros se burlarán y otros se enfurecerán (ya pasó) al leer esta nota. Lo cierto es que lo fenoménico vende. Las luces, las estrellas de colores y los cursos para comunicarse con los ángeles y para volverse dios en un fin de semana, venden. Una gran mayoría de así llamados astrólogos, videntes, canalizadores y augures, juntan seguidores, fama y dinero engañando incautos, o bien gente que busca lo fenoménico para tener un poco de emoción efímera en su vida. Recuerdo una anécdota en la vida del maestro Paramahansa Yogananda contada por uno de sus discípulos: uno de los alumnos del maestro se le aproximó preocupado y le confesó “maestro, hace dos años que medito pero no veo formas ni luces…” Yogananda le respondió “si quiere ver luces, vaya a un circo. La meditación sirve para calmar la mente y encontrar a Dios dentro de uno mismo”.


No escribo desde la superioridad, sino desde la incredulidad al ver tanta gente estafada por engañadores. Sepa cada uno que la Era de Acuario vive dentro de cada quien y está aburrida esperando que nosotros estemos dispuestos a hacer el cambio. La realización vive dentro nuestro, dormida. Dios no vive en una nube, sino que es nuestra propia esencia.


Rasikananda. Das - Diploma y Post Diploma en Jyotish, Instituto de Astrología Védica, (Cert. 2723) Indore, India

 
 
 

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